domingo, 14 de noviembre de 2010

Lo mejor es que no cierres los ojos...

¿Nunca te ha pasado de cerrar los ojos, y sin llegar a dormirte, vivir un autentico infierno? ¿Algo que no quieres que ocurra jamás?
Es extraño como esa sensación de miedo, de angustia o de soledad se puede apoderar de ti, tan fácilmente como apagamos una vela.
Pero mucho más difícil es recuperarte de ella. Saber como te tienes que levantar después de la caída tan grande que has tenido.
Porque aprendes que la vida es un soplo de aire, que se va en cuestión de segundos.
Que a veces te deja sola, a veces acompañada.
Que sabe perfectamente de que hilo tirar para hacerte la persona más feliz o la más jodida del mundo.
Por eso aprendí una cosa básica, vive.
Disfruta de cada momento, y no digo como si fuera el último, es que puede que lo sea.
Nadie sabe nunca que le deparará el futuro

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